
Con un país todavía inmerso en un inmenso dolor por la pérdida de un líder y con un Diego también dolido porque lo separaron de su amor, de su sueño de toda la vida, la Selección Argentina, un día como hoy, hace ni más ni menos que 50 años, nacía el más grande futbolista de todos los tiempos y uno de los personajes más importantes en la historia argentina y de toda la humanidad.
Cuenta la historia que el Policlínico de Lanús, conocido por todo el mundo como “Hospital Evita“, recibió a una joven Dalma Salvadora Franco de Maradona, mucho antes de ser Doña Tota, quien a las 7.05 de la mañana, dio a luz a un morocho y morrudo varón. Cuenta el mito que hubo un ruidoso grito de gol de enfermeros y médicos, que celebraron la llegada de un machito luego de una larga seguidilla de partos femeninos, que según los registros de la memoria popular lo ubican en 11. Y como si no hubiera ya suficientes simbolismos futboleros, bastará agregar que ese 30 de octubre cayó domingo...
Como pequeño homenaje al ídolo, va este corto y hermoso poema que le regaló el gran escritor Mario Benedetti un tiempo atrás:
Hoy tu tiempo es real, nadie lo inventa.
Y aunque otros olviden tus festejos,
las noches sin amor quedaron lejos
y lejos el pesar que desalienta.
Tu edad de otras edades se alimenta,
no importa lo que digan los espejos,
tus ojos todavía no están viejos
y miran sin mirar más de la cuenta.
Tu esperanza ya sabe su tamaño
y es por eso que no habrá quién la destruya.
Ya no te sentirás sólo ni extraño.
Vida tuya tendrás, y muerte tuya.
Ha pasado otro año y otro año le has ganado a tus sombras
¡Aleluya!
FELICES 50 DIEGO!!