Tras una fugaz rehabilitación en el JTBorda Spa, este cronista se reintegró en la tarde de ayer al incansable buceo por la floreciente realidad azulgrana. Resueltos -además- los inconvenientes administrativos entre la estrella de este envío y la tibia conducción, que debió efectuar el pertinente resarcimiento económico, era tiempo de ir "a las cosas", como señalara el genial Ramón Bautista Ortega. La ocasión no podía resultar más propicia: el habilidoso enganche-delantero PapuGoma aparecía dispuesto a un mano a mano crudo, intenso, desbocado, luego de su expulsión frente al conjunto diabético de Avellaneda conducido por el alcohólico-obeso. El "cometa cómico" surgido de la ferretería de Sarandí había visto el acrílico solferino luego de desplomarse en el área en un ensayo de "Medea", no sin antes insultar al Juez principal del evento. En el sendero a los vestuarios, fiel a la mística ciclónica, el imbécil efectuó todo tipo de gestos a quienes contribuyen a pagar sus excursiones a los puteríos, para solaz de la afición. Uno de esos inadaptados que nunca faltan, con los huevos al plato, intentó hacer justicia por mano propia, lo que derivó en uno de los frecuentes aquelarres que se suceden bajo la Protocolera Norte.
- Con las críticas mesuradas, objetivas y de buena leche, nunca tuve problemas, porque me las paso por el quinto forro de las pelotas, disparó Papu para romper el hielo. Lo que no estoy dispuesto a tolerar es a un carretilla de plateístas culoroto, que no tocaron una pelota ni en la PlayStation, y que me gritan barbaridades y me comparan con mediocres como Montillito, Chatruc y hasta el mismísimo Pachi Ozán. Hay un negro dientudo que hasta me grita "Alleguez". Yo seré de madera, pero también tengo sentimientos, vieja.
La confesión parecía no detenerse.
- Entendeme, querido. Yo, de movida, llegué a este Club y vi que el Gordo Bolsa de Papas le tocaba el quincho al presidente, que el Cuqui venía a entrenar cuando se le acababa la guita para el boliche, que el Chaco llegaba en pedo dos por tres, y dije: "No me van a tomar por pelotudo estos descerebrados manejados por un tartamudo que chupa un faso electrónico, un traficante de efedrina que cambia cheques y un zezeozo revendedor de protocolos. Que, para colmo, le lamen el escroto sudado al dueño de mi pase, que es el regente del prostíbulo -como dice Luisito D'Elía-.". Y ahí me largué: primero le canté las cuarenta al nabo ése que luquea con los pendejos (N. de la R.: se referiría al Sr. Coordinador de las Divisiones Inferiores), me salí con la mía, y seguí de caravana. Cómo no me iba a hacer echar frente al Club de mis amores, con el que sueño triunfar? Encima, era fácil: el árbitro era un mestizo panzón con entretejido, sabía que lo enloquecía al toque.
Ante el abrumador testimonio, este emisario intentó frenar el soliloquio, previendo las funestas consecuencias para el futbolista y para la entidad.
- Dejame que diga lo que me cante el ukelele, hermanito. Acá no pasa una. ¿Vos no viste que se cagaron a bifes el negro tribunero y el obelisco que juega de dos y no voló una mosca? Boedo es Carnaval, lo dice la gente. Nos estaban pintando la jeta once desahuciados y los idiotas seguían cantando contra un equipo de la B, titán. En un Club de verdad, te voltean el alambrado y empernan a los vendidos con una torre de iluminación. Acá, en dos partidos, te vuelven a vivar. Mirá al Burro: se salvó de poner un parripollo en San Martín, y ahora lo aplauden como si fuera Iniesta.
El final fue a toda orquesta, tal como había comenzado.
- Ahora, como vengo del equipo de Papimafi, los pelotudos del Tribunal me van a dar una sola fecha. Y en el Clásico me consagro: se la mando a guardar de emboquillada al bostero vomitador, me saco la camiseta enfrente de la Butte y me agarro bien los huevos. Así van a aprender a silbar estos comemocos. En enero me vende Marce, vuelvo a agarrar una torta de guita, y me olvido de este desierto de mediocres.
Cae la noche sobre el Bidegain y, mientras se vacía, las sombras se apoderan de un San Lorenzo que siempre regala temas para esta fecunda publicación. El escriba, aún atónito por lo escuchado, decide regresar a su nuevo hogar de la calle Ramón Carrillo. Hasta la próxima aventura.
Por Lucho Roccasalvo
Fuente (para aplaudir de pie):
http://www.dislateazulgrana.com/

En las buenas y en las malas hasta el fin...
miércoles, 18 de noviembre de 2009
lunes, 9 de noviembre de 2009
Apocalipsis now
Según la Biblia, Dios creó al mundo en tan solo 7 días. Ningún hombre lo vio, claro.
San Lorenzo se tomó sólo un día más para destruir el pequeño y humilde mundo que había armado. La primera detonación fue el cabezazo matador de Maldonado (un tipo que hasta allí cosechaba sólo goles en contra en el torneo) que selló sobre el final el empate en La Plata, pasando por la increíble eliminación de la Copa Sudamericana, a domicilio por el lírico River de Montevideo y culminando con un duro golpe de KO, nacido en un sensacional pase de Erviti (Savino, Russo y la reputísima madre que los parió) y fulminante definición de “Papelito” Fernández, frente al puntero Banfield también en casa.
Todos sabemos que el equipo del Cholo no había mostrado demasiado volumen de juego durante la presente temporada. El equipo se basaba en el sacrificio para nunca dar una bola por perdida y jugar todos los partidos como una final. El fútbol únicamente fue aportado por Romagnoli, hasta que se lesionó, y un poco por el canterano “Pulpito” González, hasta que se fue al Mundial Sub-17. Caídos estos dos, sólo Menseguez tomó la posta, hasta que el tobillo también le empezó a pesar. Desde la voluntad, Rivero, el Kily y en algunos partidos Pintos, se hicieron capos del equipo, empujando al resto hacia adelante como lo pide su entrenador. Atrás Migliore respondió, salvo algunas cagadas importantes como la de La Plata, y la defensa alternó buenas y malas. El lateral izquierdo sigue siendo un problema a resolver, al igual que el volante central. Aureliano juega decididamente mal y además ya perdió hasta la última gota de confianza, ¿optando? por no patear un penal en la definición ante River. El Chaco, cuando no se hace expulsar, traslada más de lo que corta. Pero, hay que ser realistas, cuando no está el que lo reemplaza rinde menos que él. Adelante, es clara y evidente la falta de gol. Muchos quieren incendiar a Romeo, pero no puede ser el único responsable. Se sabe que viene de una lesión importante y hasta se había pensado que su carrera estaba terminada. Tras la ida de Bergessio, se buscaron varios nueves, hasta la ya conocida llegada en falso del argento-croata Darío Cvitanich (creo que lo extrañamos hasta sin haberlo visto jugar). Rovira y Bordagaray, que fueron buenas alternativas, de repente parecen haber perdido confianza de parte del DT que, ante Banfield, optó por el debut de Meza antes de poner a ellos. Simeone deberá entender que no tiene un delantero que pueda hacer TODO ahí adelante. No tiene a Drogba, ni a Palermo y ni siquiera a Abreu. Menseguez no sirve volanteando y las lagunas del Papu Gómez ya son profundos y revoltosos mares.
¿Qué nos queda? ¿Está todo perdido? Si miramos un poco hacia atrás, podríamos decir que no. Se hizo algún recambio en el plantel, que era reclamado por la gran mayoría. A pesar del mal juego, se nota el sacrificio y las ganas de este equipo, demostrado hasta con algunas lágrimas tras la eliminación copera. Está claro que con eso no alcanza, pero sabíamos que venía una especie de transición. Así y todo, se puede seguir peleando. Vienen tres clásicos al hilo. Dos en casa y en el medio el barrial, todavía no sabemos dónde. No queda otra que ganarlos como sea, por el envión anímico que representaría y para encaminarnos nuevamente en la pelea por la clasificación a la Libertadores y, por qué no, ver cómo llegamos a las últimas 3 fechas del campeonato. Los punteros no son ninguna máquina. Pero les sobra orden y gol, justo lo que nos falta a nosotros. El único equipo argentino superior al resto es Estudiantes de La Plata, pero se acercan los días y la cabeza pincha se irá rumbo a Dubai (¡quién pudiera!). Esto no quiere decir que Estudiantes no puede ganar el torneo local, pero sí que en caso de que tenga que cuidar algo no va a dudar en hacerlo.
¿Qué pensará Simeone para estos clásicos? Por lo que parece, se desgarró Rivero y se los pierde. Encima contra el rojo no estará Pintos, por lo que la banda derecha queda huérfana. Creo que la mejor opción es volver a defender con los 3 (Aguirre, Civelli y Bottinelli). En el medio Torres (tras una buena cagada a pedos para que largue la pelota) y el Kily. Por derecha no se qué se puede inventar el domingo y por izquierda veremos si banca a Bazán, vuelve Aureliano o va el Kily, jugando otro en el medio. Será fundamental la vuelta del Pipi, más lo que pueda aportar el “Pulpito” González. Y arriba la única fija por su presente es Menseguez y tendrá que elegir el Cholo la mejor compañía para el Rayo.
Serán tres semanas claves, en las que se puede volver a construir una ilusión o de lo contrario pueden llegar a temblar hasta los cimientos. Ya no hay margen de error, pero a nosotros no nos queda otra que bancar. Si retrocedemos un poco el tiempo veremos que algo hemos avanzado. La gente tiene que acompañar, porque en estos partidos juega un rol muy importante. Ninguno de los tres partidos será fácil, pero tampoco imposible, porque los rivales están en la misma. Independiente con igual cantidad de puntos y sin margen de error en el torneo, pero un poco más abajo en la clasificación para la Copa. Huracán muy abajo en el campeonato y, hasta esta fecha, igual que nosotros en la clasificación. Boca (casi) afuera de todo.
El presente de San Lorenzo es así. Hace 3 meses era un desastre. Poco después soñamos con el doblete y ahora, ya sin el pan, vemos que la torta estaba para ser cortada y nosotros nos quedamos con el cuchillo entre los dientes. El Cholo quedó como los pibes que construyen un castillo de arena en la playa, que pinta bárbaro hasta que algún malintencionado le da un pisotón o la crecida de la marea lo hace tambalear. Aunque los golpes fueron duros, los que vienen pueden ser aún peores. Así que habrá que armarse otra vez y enderezar la nave para lograr alguno de los objetivos del semestre. Todavía se puede.
San Lorenzo se tomó sólo un día más para destruir el pequeño y humilde mundo que había armado. La primera detonación fue el cabezazo matador de Maldonado (un tipo que hasta allí cosechaba sólo goles en contra en el torneo) que selló sobre el final el empate en La Plata, pasando por la increíble eliminación de la Copa Sudamericana, a domicilio por el lírico River de Montevideo y culminando con un duro golpe de KO, nacido en un sensacional pase de Erviti (Savino, Russo y la reputísima madre que los parió) y fulminante definición de “Papelito” Fernández, frente al puntero Banfield también en casa.
Todos sabemos que el equipo del Cholo no había mostrado demasiado volumen de juego durante la presente temporada. El equipo se basaba en el sacrificio para nunca dar una bola por perdida y jugar todos los partidos como una final. El fútbol únicamente fue aportado por Romagnoli, hasta que se lesionó, y un poco por el canterano “Pulpito” González, hasta que se fue al Mundial Sub-17. Caídos estos dos, sólo Menseguez tomó la posta, hasta que el tobillo también le empezó a pesar. Desde la voluntad, Rivero, el Kily y en algunos partidos Pintos, se hicieron capos del equipo, empujando al resto hacia adelante como lo pide su entrenador. Atrás Migliore respondió, salvo algunas cagadas importantes como la de La Plata, y la defensa alternó buenas y malas. El lateral izquierdo sigue siendo un problema a resolver, al igual que el volante central. Aureliano juega decididamente mal y además ya perdió hasta la última gota de confianza, ¿optando? por no patear un penal en la definición ante River. El Chaco, cuando no se hace expulsar, traslada más de lo que corta. Pero, hay que ser realistas, cuando no está el que lo reemplaza rinde menos que él. Adelante, es clara y evidente la falta de gol. Muchos quieren incendiar a Romeo, pero no puede ser el único responsable. Se sabe que viene de una lesión importante y hasta se había pensado que su carrera estaba terminada. Tras la ida de Bergessio, se buscaron varios nueves, hasta la ya conocida llegada en falso del argento-croata Darío Cvitanich (creo que lo extrañamos hasta sin haberlo visto jugar). Rovira y Bordagaray, que fueron buenas alternativas, de repente parecen haber perdido confianza de parte del DT que, ante Banfield, optó por el debut de Meza antes de poner a ellos. Simeone deberá entender que no tiene un delantero que pueda hacer TODO ahí adelante. No tiene a Drogba, ni a Palermo y ni siquiera a Abreu. Menseguez no sirve volanteando y las lagunas del Papu Gómez ya son profundos y revoltosos mares.
¿Qué nos queda? ¿Está todo perdido? Si miramos un poco hacia atrás, podríamos decir que no. Se hizo algún recambio en el plantel, que era reclamado por la gran mayoría. A pesar del mal juego, se nota el sacrificio y las ganas de este equipo, demostrado hasta con algunas lágrimas tras la eliminación copera. Está claro que con eso no alcanza, pero sabíamos que venía una especie de transición. Así y todo, se puede seguir peleando. Vienen tres clásicos al hilo. Dos en casa y en el medio el barrial, todavía no sabemos dónde. No queda otra que ganarlos como sea, por el envión anímico que representaría y para encaminarnos nuevamente en la pelea por la clasificación a la Libertadores y, por qué no, ver cómo llegamos a las últimas 3 fechas del campeonato. Los punteros no son ninguna máquina. Pero les sobra orden y gol, justo lo que nos falta a nosotros. El único equipo argentino superior al resto es Estudiantes de La Plata, pero se acercan los días y la cabeza pincha se irá rumbo a Dubai (¡quién pudiera!). Esto no quiere decir que Estudiantes no puede ganar el torneo local, pero sí que en caso de que tenga que cuidar algo no va a dudar en hacerlo.
¿Qué pensará Simeone para estos clásicos? Por lo que parece, se desgarró Rivero y se los pierde. Encima contra el rojo no estará Pintos, por lo que la banda derecha queda huérfana. Creo que la mejor opción es volver a defender con los 3 (Aguirre, Civelli y Bottinelli). En el medio Torres (tras una buena cagada a pedos para que largue la pelota) y el Kily. Por derecha no se qué se puede inventar el domingo y por izquierda veremos si banca a Bazán, vuelve Aureliano o va el Kily, jugando otro en el medio. Será fundamental la vuelta del Pipi, más lo que pueda aportar el “Pulpito” González. Y arriba la única fija por su presente es Menseguez y tendrá que elegir el Cholo la mejor compañía para el Rayo.
Serán tres semanas claves, en las que se puede volver a construir una ilusión o de lo contrario pueden llegar a temblar hasta los cimientos. Ya no hay margen de error, pero a nosotros no nos queda otra que bancar. Si retrocedemos un poco el tiempo veremos que algo hemos avanzado. La gente tiene que acompañar, porque en estos partidos juega un rol muy importante. Ninguno de los tres partidos será fácil, pero tampoco imposible, porque los rivales están en la misma. Independiente con igual cantidad de puntos y sin margen de error en el torneo, pero un poco más abajo en la clasificación para la Copa. Huracán muy abajo en el campeonato y, hasta esta fecha, igual que nosotros en la clasificación. Boca (casi) afuera de todo.
El presente de San Lorenzo es así. Hace 3 meses era un desastre. Poco después soñamos con el doblete y ahora, ya sin el pan, vemos que la torta estaba para ser cortada y nosotros nos quedamos con el cuchillo entre los dientes. El Cholo quedó como los pibes que construyen un castillo de arena en la playa, que pinta bárbaro hasta que algún malintencionado le da un pisotón o la crecida de la marea lo hace tambalear. Aunque los golpes fueron duros, los que vienen pueden ser aún peores. Así que habrá que armarse otra vez y enderezar la nave para lograr alguno de los objetivos del semestre. Todavía se puede.
domingo, 8 de noviembre de 2009
Maldición china
Cuenta la leyenda que en las divisiones menores de un club argentino, el pequeño chino soñaba con llegar a ser alguien en la historia grande del club de sus amores. Para lograrlo, recorría a diario la larga distancia que lo separaba desde su pueblo natal, para llegar al club y entrenarse en pos de su sueño.
La historia dice que el sueño comenzó a ser realidad una noche de septiembre de 2000. El equipo venía a los tumbos y, a pesar de que su grandeza le reclamaba un título internacional, se decidía por rifar la Copa Mercosur. Al joven chino le tocó debutar ante uno de los mejores delanteros del mundo, Romario. Tuvo una buena actuación, pero no pudo evitar la derrota del club de sus amores.
A los pocos días, el destino le dio otra chance. El hasta entonces dueño de su puesto se equivocaba feo y veía la expulsión, con el equipo perdiendo 1-0 también por error suyo. El chinito debía entrar justo con un tiro libre y el temible Chilavert para ejecutarlo. El tiro no fue gol, como tampoco lo fueron las m
uchísimas otras ocasiones del encuentro. El chino se retiraba como único héroe para una hinchada que estaba ofuscada con el desempeño del equipo.
Poco a poco se fue haciendo su lugar, a fuerza de atajadas y entrega. A menos de un año del debut, ya gritaba campeón, habiendo sido clave en varios encuentros.
Pero una noche de enero de 2002, se consagraba como ídolo con una brillante actuación en la definición por penales que le daría al club su primer título internacional.
Unos meses después, volvía a ser figura para brindar con otra copa, sumando ya tres títulos a poco más de dos años de su debut.
Luego fue el momento de irse a probar suerte en otras tierras, para luego volver a querer continuar escribiendo su historia en el club de sus sueños. No todo fue color de rosas en la segunda vuelta, pero NADA PODIA BORRAR LO VIVIDO.
Algunos años después, un DT con mucha espalda venía a sacar al equipo de un profundo pozo. Las preferencias del DT por las bolsas de papas hicieron que vuelva a partir, siendo prestado para probar suerte en un país vecino.
Al poco tiempo sería ídolo por allá también, mientras acá su club festejaba un título local con el exitoso DT y la bolsa de papas en el arco. El título aumentaba el ego del DT, así como también el precio del kilo de papas (algo así como 50.000 dólares el kilo). Por esos tiempos, el chino estaba dispuesto a pegar la vuelta y pelear un lugar en el club para lograr la copa más deseada.
Pero la inoperancia dirigencial y empresarial increiblemente decidían no vender la bolsa de papas. El ego del DT llegaba a tal punto que optaba por no dejar entrenar al chino en su club. Su ex compañero, devenido en bolsa de papas, tampoco lo bancaba, y enojado porque no la dejaban cruzar el Atlántico, se amotinaba de tal manera que formaba una corporación mercenaria para comandar al club.
Así las cosas, ignorado, maltratado y dejado de lado, el chino volvió a partir. Esta vez a la tierra de los dioses, Grecia.
Cuentan que los dioses al enterarse castigaron tal ingratitud con la maldición china: "Ojalá vivas en tiempos interesantes", dice la famosa maldición oriental.
Pero ésta iba más allá, porque en verdad quería decir: "ojalá siempre ganes y nunca termines empatado en una serie, porque jamás volverás a ganar una definición por penales"...y más aún..."la pelota siempre irá hacia el otro lado del que vaya quien esté en el lugar del chino"
La historia dice que el sueño comenzó a ser realidad una noche de septiembre de 2000. El equipo venía a los tumbos y, a pesar de que su grandeza le reclamaba un título internacional, se decidía por rifar la Copa Mercosur. Al joven chino le tocó debutar ante uno de los mejores delanteros del mundo, Romario. Tuvo una buena actuación, pero no pudo evitar la derrota del club de sus amores.
A los pocos días, el destino le dio otra chance. El hasta entonces dueño de su puesto se equivocaba feo y veía la expulsión, con el equipo perdiendo 1-0 también por error suyo. El chinito debía entrar justo con un tiro libre y el temible Chilavert para ejecutarlo. El tiro no fue gol, como tampoco lo fueron las m

Poco a poco se fue haciendo su lugar, a fuerza de atajadas y entrega. A menos de un año del debut, ya gritaba campeón, habiendo sido clave en varios encuentros.
Pero una noche de enero de 2002, se consagraba como ídolo con una brillante actuación en la definición por penales que le daría al club su primer título internacional.
Unos meses después, volvía a ser figura para brindar con otra copa, sumando ya tres títulos a poco más de dos años de su debut.
Luego fue el momento de irse a probar suerte en otras tierras, para luego volver a querer continuar escribiendo su historia en el club de sus sueños. No todo fue color de rosas en la segunda vuelta, pero NADA PODIA BORRAR LO VIVIDO.
Algunos años después, un DT con mucha espalda venía a sacar al equipo de un profundo pozo. Las preferencias del DT por las bolsas de papas hicieron que vuelva a partir, siendo prestado para probar suerte en un país vecino.
Al poco tiempo sería ídolo por allá también, mientras acá su club festejaba un título local con el exitoso DT y la bolsa de papas en el arco. El título aumentaba el ego del DT, así como también el precio del kilo de papas (algo así como 50.000 dólares el kilo). Por esos tiempos, el chino estaba dispuesto a pegar la vuelta y pelear un lugar en el club para lograr la copa más deseada.
Pero la inoperancia dirigencial y empresarial increiblemente decidían no vender la bolsa de papas. El ego del DT llegaba a tal punto que optaba por no dejar entrenar al chino en su club. Su ex compañero, devenido en bolsa de papas, tampoco lo bancaba, y enojado porque no la dejaban cruzar el Atlántico, se amotinaba de tal manera que formaba una corporación mercenaria para comandar al club.
Así las cosas, ignorado, maltratado y dejado de lado, el chino volvió a partir. Esta vez a la tierra de los dioses, Grecia.
Cuentan que los dioses al enterarse castigaron tal ingratitud con la maldición china: "Ojalá vivas en tiempos interesantes", dice la famosa maldición oriental.
Pero ésta iba más allá, porque en verdad quería decir: "ojalá siempre ganes y nunca termines empatado en una serie, porque jamás volverás a ganar una definición por penales"...y más aún..."la pelota siempre irá hacia el otro lado del que vaya quien esté en el lugar del chino"
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Esto es efímero!!

¿Cómo corre el tiempo?