En las buenas y en las malas hasta el fin...

sábado, 22 de diciembre de 2007

Mentira, mentira...¿a dónde fuiste?

El 22 de diciembre de 1987, hace exactamente veinte años, Luca Prodan fue encontrado muerto en su casa ubicada en la calle Alsina al 400. Fue una mañana triste para el rock nacional. Aquel italiano, que había llegado a la Argentina en 1981 para recuperarse de su adicción a la heroína, dejó en pocos años una huella imborrable para la música de nuestro país al crear la mítica banda Sumo. El último recital del grupo se había realizado dos días antes en el estadio de Los Andes y al mismo solo habían asistido 500 espectadores. Antes de finalizar la presentación, Luca, que se lo notaba muy flaco y pálido, le dijo a su público: “Ahí va la última”… y efectivamente fue la última canción que este exponente del rock cantó en público.

Luca George Prodan nació en Roma, el 17 de mayo de 1953, hijo de padre turco y madre de ascendencia escocesa, nacida en Shanghai, China. El matrimonio de sus padres se celebró en Pekín. La familia había padecido los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial, pero con el tiempo logró reponerse y hacer cierta fortuna.

Luca estudió en Escocia donde se hizo amigo inseparable de Timmy McKern con quien compartió estudios, música y diversión. En Roma fue detenido por tenencia de marihuana, tal vez fue una de las razones por las cuales los padres lo enviaron a Londres donde vivió casi toda la década del ’70. Allí tocaba la guitarra en diferentes pubs de los barrios bajos. También viajó por Europa y conoció el norte de África.

Al volver a Roma lo detuvieron nuevamente por no haber hecho el servicio militar. Incluso se comenta que estuvo internado por sobredosis de heroína, sería entonces cuando pensó seriamente la invitación de Timmy que vivía en un campo en Traslasierra, Córdoba, y así vino a vivir a nuestro país.

Estamos ya en 1981. Cerca de la naturaleza encontró recuperación física y espiritual. No hablaba ni una sola palabra de castellano. Su plan era comprar vacas con todos sus ahorros. Sin embargo, volvió a conectarse con la música, interés compartido con Timmy y amigos, con quienes comenzaron improvisando con ollas, cacerolas y otros instrumentos caseros. Entre estos amigos estaba Germán Daffunchio, cuñado de Timmy.

Saturado de la tranquilidad de Traslasierra, se instala en Buenos Aires, en el barrio del Abasto. Vivió en un departamento en Gallo 492. El grupo que armaron estaba compuesto por la voz de Luca, con Germán Daffunchio en la guitarra y Alejandro Sokol en el bajo. Luca viaja a Inglaterra en busca de equipos y además trae una nueva integrante, una amiga inglesa, Stephanie Nuttal quien tocará la batería.

Cuando estalló la Guerra de Malvinas, Stephanie volvió a Gran Bretaña y Sokol pasó a tocar la batería. Diego Arnedo, un vecino, se incorporó en el bajo. Roberto Pettinato, director de la revista "El Expreso Imaginario" fue invitado a tocar el saxo en algunos shows, y quedó.

En octubre de 1983, Sokol dejó la banda y entró en su lugar Alberto "Superman" Troglio. También se incorporó Ricardo Mollo, como primera guitarra, quedando conformado el grupo como sexteto.

El debut discográfico se produjo en 1985 con Divididos por la Felicidad, presentado en el Teatro Astros en mayo. Con temas viejos, que habían sido registrados en un cassette independiente (del cual se realizaron solamente 300 copias), titulado «Corpiños en la madrugada», y que sería reeditado comercialmente en 1992, el hit fue «La rubia tarada».

El mismo Luca Prodan hace un resumen de la carrera underground de la banda: «En un principio, eran casi todos temas míos, cuando yo tocaba la guitarra. Después la cosa fue cambiando, entró una onda mucho más reggae, nos desdoblamos en la Hurlingham Reggae Band (que era únicamente reggae) y Sumo, por su parte, se puso más pesado. Y Fargo -que hoy es el guitarrista de los Redonditos de Ricota- era el violero de la Hurlingham. Después se unieron los dos grupos otra vez, Fargo se fue con Patricio Rey, yo me fui a Europa, y cuando volví con Sumo comenzamos a hacer temas de la Hurlingham... Ahora Sumo es medio reggae y medio pesado. En fin: medio raro» (G.Guerrero, pág. 115, ver en http//www.rockandweb.ciudad.com.ar).

La segunda placa fue «Llegando los monos» (1986), presentada en Obras (Capital) en agosto. En esa oportunidad, se grabó lo que resultó el video «Sumo en Obras», de 55 minutos de duración que contiene, entre otros, los temas «Gaitas», «Heroína», «Divididos por la felicidad», «F’you» y «Mejor no hablar (de ciertas cosas)».Casi un año después regresaron a los estudios, para registrar su tercer álbum, «After chabón», que también fue presentado en el estadio Obras. Sobresalen las canciones «Mañana en el abasto» y «Lo quiero ya».


Lamentablemente su magia duró poco; la salud de Luca comienza a flaquear nuevamente como consecuencia de su continua relación con el alcohol y las drogas. El 22 de diciembre de 1987 Luca Prodan fue encontrado muerto, víctima de un paro cardíaco y con cirrosis hepática. La despedida emocionada de Sumo fue en el Chateau Rock en 1988. Allí, Pettinatto y Mollo se alternaron frente al micrófono para rendirle homenaje al alma mater de la banda de la única forma posible: tocando rocanrol.

Dos grupos derivaron de Sumo: Divididos (Mollo / Arnedo) y Las Pelotas (Daffunchio / Sokol). Dos recopilaciones oficiales salieron a la calle en 1991: «Collection» y «Grandes Éxitos». Desde el mismo día de su entierro, cientos de fans visitan su sepultura en el cementerio de Avellaneda. Los homenajes van desde la clásica pintada «Luca Not Dead» hasta enterrar por el pico una botella de ginebra. La mayor convocatoria se da en el aniversario de su muerte.

Luca intentaba tal vez en el barrio del Abasto estar alejado de la sociedad «careta», consumista y machista. Él buscaba entender a los desamparados, a los marginales; los conocía y lo conocían como el «Tano» o el «Pelado». Criticaba en sus letras al «caretaje»: «La rubia tarada aburrida me dijo: por qué te pelaste y yo: por el asco que me da tu sociedad, y por el pelo de oro, ¿cuánto gastaste?». O advertía con claridad a los jóvenes sobre nuestra idiosincrasia «no vayas a la escuela, porque San Martín te espera».

Seguramente varios lo recuerdan jugando con la escalera mecánica o sentado, pensando, en el andén del subte. Tal vez por estas cosas e incluso por la actualidad de sus letras muchos sostienen que no está muerto: “Luca Not dead”.

Publicado en El Abasto, n°7, noviembre 1999

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