
El técnico hace rato que perdió el rumbo y lo peor es que no afloja con sus caprichos. Todos vemos lo que hacen (o no hacen) los Aguirre, los Placente, los Silvera, por dar algunos ejemplos.
No solo estamos decolorándonos, sino que la cosa se está poniendo cada vez más negra. El futuro pinta complicado y encima las vaquitas son ajenas...