En las buenas y en las malas hasta el fin...

jueves, 4 de septiembre de 2008

Justicia por patada propia

Y pasó el tan ansiado River-San Lorenzo, el partido del día después (del 8 M). Y fue sin pena ni gloria. Un partido deslucido, friccionado, pero donde San Lorenzo al menos insinuó algo más que el actual campeón del fútbol argentino. Y esto la verdad que no es poco, ya que ultimamente veníamos acostumbrándonos a los papelones en el estadio de la Junta Militar. Tras la hazaña copera, vamos predispuestos de otra manera. Tanto en la cancha como en los tablones.
Los cuervos fuimos haciendo pata ancha. Con remeras y banderas alusivas, canciones recordando aquélla noche de mayo y hasta maíz. Hay que reconocer que, si algo nos dejó el paso de Ramón Díaz por el club, fue un clásico con River mucho más picante que el que veníamos teniendo.
Fue otro empate. Esta vez 0 a 0, que no le sirve a ninguno de los dos, porque Boca sigue sumando de a tres y empieza a despegarse del resto.
Picante fue el clásico para el Gallego Méndez. Ardía. Desde el primer cruce con Radamel Falcao (no lo comparen con Silas, por favor, éste de Atleta de Cristo no tiene nada), el Gallego lo fue a buscar. Como si todavía le doliera la patada atroz del colombiano, la noche del silencio atroz. Pero lo que más le dolía a Méndez era recordar que por ese golpe se perdía los cuartos de final de la Copa.
Encima la prensa fue calentando el duelo en la previa. Todos le preguntaron a Méndez, a sus compañeros y a Russo, como iba a ser la reacción. Y sus compañeros tampoco hicieron mucho por calmar al Gallego. Especialmente el payaso del arquero (quilombero, si los hay) que en el entretiempo lo "tranquilizó" al defensor diciéndole: "ya lo vas a agarrar"...un amigo...
Y lo agarró nomás el Gallego. Esperó hasta el final del partido (como si lo hubiera premeditado) y a los 47 minutos del segundo tiempo, lo fue a buscar cerca del mediocampo y le dio un patadón en la espalda. Roja directa de Abal, claro. El Ciclón se quedó con 9, como la noche del 8 M, porque ya se había ido a las duchas Voboril, por doble amarilla (la primera inventada por Abal, la segunda no le quedaba otra opción que bajar a Rosales). Una lástima, porque el lateral había ingresado bien en el partido y venía armando juego por izquierda con Torres e Hirsig. Los fantasmas de aquélla mágica noche volvieron a rondar entre los plumas blancas, pero ya no había tiempo para hazañas...
La reacción de Méndez puede ser entendible, porque venía juntando bronca desde hace casi 4 meses. Pero no es justificable, porque el equipo lo pierde por 3 partidos y lo va a sentir (por favor Russo que no vuelva Tula). Lo podría haber ido a buscar a la casa, al entrenamiento de River o a Colombia. No hacía falta "vengarse" adentro de la cancha y con todas las cámaras apuntándole, después de todo lo que se había hablado. Eso lo puede hacer un irresponsable y el Gallego parecía haber superado ese trance, tras la expulsión en el 1-7 bostero que lo acercó al retiro (debió ser frenado por el Chino Saja, quien lo cacheteó para que no abandonara el fútbol...) Pero la sangre y la bronca pudo más y el Gallego se dejó llevar. Convengamos igual que Falcao no es ningún santo. Ya tiene en su haber la rotura de tabique de Voboril, las lesiones de Garcé y Méndez y una pelea veraniega con nuestro arquero-boxeador. Un santo, según nuestra prensa deportiva. Y encima ni se lesionó, "fue como un rasguño" dijo el caradura. Le tendría que haber pegado en el medio del orto...
Ahora viene el parate, por la bendita e insulsa selección, y luego a pensar en Central, en el debut de Solari y en la vuelta al triunfo. No queda otra que ganar, porque pinta que Boca va a perder pocos puntos y Estudiantes parece haber despertado. Nombro a estos dos porque son nuestros rivales directos para entrar en la Libertadores 2009. Que no perdamos el tren...

Esto es efímero!!

Esto es efímero!!
¿Cómo corre el tiempo?