El partido ante los ingleses era especial. Si bien el fútbol no debería mezclarse con la política ni con la guerra absurda, el partido se jugaba tan solo a cuatro años de aquel estúpido último manotazo de ahogado de la junta militar y de la respuesta de la nefasta asesina de Margaret Thatcher.

También se recordaba la eliminación de la Selección Argentina del Mundial de 1966, 20 años antes, la tarde en que Rattín tras irse expulsado retorció con su mano el banderín inglés para luego dirigirse a la alfombra roja de la Reina de Inglaterra.
El equipo de Bilardo llegaba invicto, tras eliminar a Uruguay en los octavos de final, con gol de Pedro Pasculli, y habiendo clasificado primero en el grupo "A", relegando a Italia, hasta entonces campeón del mundo, al segundo lugar.
En tanto, los ingleses venían de golear a Paraguay por 3 a 0, tras clasificarse con lo justo a los octavos de final, venciendo a Polonia en la última fecha por el mismo resultado. El temible goleador Gary Lineker había conquistado 5 goles entre estos dos partidos.
Casi 115.000 personas estuvieron presentes en el estadio Azteca del Distrito Federal de México, un año después del terremoto que azo
tó a la ciudad, para ser testigos del “sismo” futbolístico que protagonizó Diego con su talento.

El primer tiempo no dejó mucho y terminó igualado en cero, pero los diez primeros minutos de la segunda parte quedarían guardados para siempre en la historia grande del fútbol mundial.
Primero fue "La mano de Dios", para tocar la pelota por encima de la salida del arquero inglés Peter Hilton, luego de una buena jugada personal del propio Maradona y un mal rechazo hacia atrás de un defensor inglés. Las protestas de los europeos no pudieron hacer cambiar la decisión del tunecino Ali Bennaceur, quien convalidó el gol.
Unos minutos después, "Diegote" construyó una obra de arte en tan solo diez segundos. Dejó atrás a Samson, encaró a Bearsdsley y lo superó al igual que a Reid. Luego les llegó la hora a Fenwick y Butcher, que nada pudieron hacer contra la mágica carrera del "Diez". Finalmente, el que quedó en el camino fue el sufrido arquero Peter Shilton, quien a esa altura ya odiaba a Maradona, y no pudo oponer resistencia al gol más lindo que jamás se haya visto en un mundial.

El descuento de Lineker a diez minutos del final solo sirvió para que el delantero se consagrará a la postre como el goleador de la copa, pero no pudo evitar la victoria argentina.
"Sufrí el gol más bonito que a uno le pueden hacer. Hasta lo sufrí como amante del gol que soy, porque debe ser el mejor de la historia de los Mundiales", dijo al día siguiente el goleador inglés.
El seleccionador Bobby Robson también se refirió a los goles de Maradona, diciendo: “El primer gol fue ilegal, pero el segundo valió por los dos”.
Tras el partido y ya en el vestuario, el astro le comentó a Valdano: "Hice toda la jugada para pasarte la pelota, pero me encerraron y no tuve otra alternativa que seguir". Al escuchar esto, el delantero argentino solo atinó a decir: "Hizo todo lo que hizo y además pudo ver que yo iba por la izquierda del ataque. No lo puedo creer".
Así Argentina alcanzaba las semifinales del mundial que ganaría siete días después ante Alemania Federal, en el mismo escenario, para alzarse con su segundo trofeo en copas del mundo, pero por primera y única vez fuera de nuestro país.