Aunque usted tal vez los haya visto, dentro y fuera de la cancha, demostrando ciertas habilidades para el boxeo, el karate o la lucha libre, no se confunda, son jugadores de fútbol "profesionales".
Luchadores incansables. Contra técnicos, ayudantes, dirigentes, compañeros, rivales, árbitros, periodistas e hinchas. Dan todo por lograr un objetivo ¿La gloria? No. Los premios, las transferencias, los resarcimientos, etc.
Breve currículum de cada uno:
Agustín Orión.
Arquero. Riesgoso e irritable. Fallido malabarista. Basta experiencia en peleas varias (amistosos, vestuarios, concentraciones, pretemporadas y plateas). No apto para instancias decisivas de competencias internacionales. Pedir referencias al DT que le dio la titularidad y lo llevó a la selección. Contra Midland no juega.
En la foto se lo ve amenazando al rival con mandarlo al hospital.

Jonathan Bottinelli.
Defensor. Marcador central o lateral izquierdo. Buen cabezazo y mejor codazo. Cierta adicción a las tarjetas de color rojo. Jugador de selección, claro que convocado por un técnico amante del whisky.
En la foto muestra sus armas favoritas: los codos.
Mediocampista por derecha. Tribunero como pocos. Puede ser muy útil como trapo de piso. Fácilmente amonestable y expulsable. De mecha corta como su altura. Suele dejarte con uno menos cuando más se lo necesita. Hace honor a su apodo a la hora de definir.
La foto muestra como un rival le prede la mecha. Minutos después estallaría y se iría expulsado.
La foto muestra como un rival le prede la mecha. Minutos después estallaría y se iría expulsado.
Andrés Silvera.
Delantero. Frío para definir y helado para jugar. Desganado. No hay resarcimiento suficiente para hacerlo transpirar. No apto para la altura y puede llegar a apunarse en el llano. Adepto al abandono de concentración.
En la foto se ve su típica irresponsabilidad. Previo a un partido clave y cuando su equipo no tenía reemplazo para él, se hace expulsar.
En todos los casos, no se garantiza la convivencia en grupos de trabajo y se recomienda una rápida salida cuando comiencen a desgastarse.
Como ya es costumbre, el dueño escucha ofertas y acepta intermediarios. Comisiones a cargo del vendedor.