En las buenas y en las malas hasta el fin...

domingo, 24 de agosto de 2008

Gracias por otra alegría

El básquetbol argentino consiguió otra medalla en los Juegos Olímpicos, tras vencer en Beijing a Lituania por 87-75, en el partido definitorio por el bronce y a pesar de la ausencia por lesión de su jugador estrella, líder y emblema, Manu Ginóbili.

El oro alcanzado por el fútbol, aunque también es meritorio, era de esperar, ya que el único rival de temer era el conjunto brasileño, al que se superó claramente en la semifinal.

Sin embargo, lo logrado por esta generación dorada de basquetbolistas es sin duda de lo más importante de la historia del deporte nacional. Hay al menos 10 selecciones en el mundo que pueden pelear por una medalla olímpica. El poderío de los Estados Unidos, con un equipo plagado de estrellas de la NBA, España, actual campeón del mundo, el siempre duro Lituania y otros grandes equipos como Grecia, Rusia, Croacia, Serbia, China, Alemania e Italia, por nombrar algunos.

Pero nuestros compatriotas, encabezados por Manu Ginóbili, el Luifa Scola, el Chapu Nocioni, Carlitos Delfino, Fabricio Oberto, Leo Gutiérrez (estos seis repitieron podio olímpico, ya que estaban en el equipo dorado de Atenas 2004), siguen anotándose en las páginas más importantes de nuestro deporte. En las últimas grandes cuatro competencias internacionales (Mundial 2002, JJOO 2004, Mundial 2006 y JJOO 2008) han alcanzado al menos las semifinales, consagrándose en el 2do, 1ro, 4to y 3er lugar, respectivamente.

Tras clasificarse segundos en su zona, luego de perder sólo en el debut ante los lituanos y ganar los otros cuatro partidos, Argentina superó al duro Grecia en cuartos, y debió enfrentarse al denominado "Redemption Team" norteamericano en las semis. El primer cuarto fue una pesadilla para los albicelestes porque el equipo de la NBA jugó a la perfección y sacó una ventaja importante. Para colmo de males, Manu Ginóbili, quien hasta allí era el goleador de los Juegos, se resintió del tobillo que hizo dudar su presencia en China y dejó el partido a los 6 minutos.

Sin su estrella, los argentinos sacaron fuerzas de donde no tenían y, de la mano del Luifa Scola, el Chapu Nocioni y Carlitos Delfino, llegaron a arrimarse a 6 puntos de Estados Unidos, justo antes de terminar el segundo cuarto. Pero los norteamericanos reaccionaron en la segunda mitad y acabaron con las chances de volver a jugar por el oro.

El premio consuelo para nuestro equipo era el partido por el bronce, ante los mismos lituanos que nos habían vencido en el debut. Manu no se lo quería perder por nada del mundo y según cuentan las crónicas desde China, se puso las vendas, las medias, las zapatillas y la camiseta, como si fuera a estar contra Lituania. "Nadie le dijo nada, nadie quiso preguntar. Sólo el médico me dijo que él iba a intentarlo y así lo hizo", contaría el DT Sergio Hernández tras recibir la medalla.

Durante casi diez minutos ensayó distintos movimientos con su tobillo izquierdo, pero el dolor lo perturbó todo el tiempo. La impotencia lo invadió y, cuando regresó al vestuario, no pudo contenerse y lloró desconsoladamente. "Pobre Manu, estaba muy mal. Pero verlo llorar por nosotros nos motivó mucho más y, por eso, todo este triunfo es para él", dijo el Chapu Nocioni. "Es probable que haya sido un estímulo salir al campo de juego después de haber visto llorar a Ginóbili porque no podía jugar. Esas cosas hacen que un equipo duplique su energía y juegue de la manera en que lo hicimos, porque además lo necesitábamos", agregó Sergio Hernández.

Manu se jugaba mucho más que el dolor que le provocaba el tobillo. Porque los Spurs, que tanto presionaron para que no esté en Beijing, no hubieran aprobado su presencia en el partido de hoy. Vale recordar que los texanos le ofrecieron al bahiense una prórroga multimillonaria por dos años más de contrato, a cambio de que no jugara los Juegos, a lo que el jugador se negó. Luego de conocer su lesión, los Spurs le recomendaron a Ginóbili viajar urgente a San Antonio para iniciar la recuperación cuanto antes, pero el jugador optó por quedarse apoyando a sus compañeros en la pelea por el bronce.

La victoria ante Lituania lo llenó de alegría a Ginóbili y lo hizo olvidar, al menos por un rato, de una posible operación. "Estaba muy dolido por no poder jugar, estaba peor anímicamente que físicamente. Pero después de ver lo que hicieron los chicos me siento muy feliz, como si hubiese jugado", explicó el escolta.

"Estoy muy orgulloso de estos jugadores, se me puso la piel de gallina al ver lo que hicieron. Lo del Chapu hoy no lo puedo creer. Estaba en una pierna y presionaba como si fuese un pibe de 20 años. Lo de Delfino también, como Leo (Gutiérrez), que no había jugado un minuto en todo el torneo, vino y casi lo definió. Como lo de Quinteros y como todos los que entraron y aportaron muchísimo. Da mucha alegría ver que tus compañeros hacen algo así, ser parte de esto es muy grosso", concluyó.

La verdad que da gusto ver jugar a estos pibes. Partido tras partido muestran TODO LO QUE UNO QUIERE DE UN EQUIPO. Dejando la vida en cada pelota, tirándose al suelo o a la tribuna. Haciendo enojar hasta al equipo más poderosos, como ningún otro rival puede hacerlo.

Mientras a algunos sólo podemos agradecerles por otra frustración, a estos pibes debemos agradecerle por otra alegría.

Esto es efímero!!

Esto es efímero!!
¿Cómo corre el tiempo?