En las buenas y en las malas hasta el fin...

jueves, 2 de octubre de 2008

Bendición, fue una noche hermosa

En viaje hacia San Luis, tuvimos una parada en Río Cuarto para matar el hambre con una parrillada. Los habitantes del lugar nos comentaban que la sequía venía complicando esta zona del país y que no llovía desde hace siete meses. Los campos que se veían en la ruta, entre la ciudad cordobesa y la capital puntana, evidenciaban estos dichos.

Pero claro, algo iba a pasar esa noche en "La Punta". El Indio Solari se presentaba, junto a los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, en el estadio Juan Gilberto Funes de esa localidad, ubicada a unos 12 km de San Luis.

La previa la vivimos algo alejados del estadio, en los alrededores de la localidad de Juana Koslay, donde íbamos a hospedarnos. Muy complicado encontrar las calles allí, porque los lugareños no conocen demasiado. Y nosotros era la primera vez que andábamos por esas tierras. Solo habíamos pasado por la terminal de ómnibus puntana en el viaje a Mendoza para ver al Ciclón de Ramón, pero nada más.

Así fue que tuvimos que recurrir a un colectivero que sirvió de guía para llegar hasta la ruta “endiablada” que conectaba Potrero de los Funes con La Punta. “Tené cuidado”, me repitió como 5 veces y vaya que tenía razón. El camino viboroteaba entre subidas y bajadas. Encima era de noche y ya no se veía nada.

Los pocos kilómetros se hicieron eternos hasta que por fin llegamos al final de la odisea y allá de frente se veía el Juan Gilberto Funes, por suerte todavía con las luces encendidas.

Estacionar el auto fue otra odisea. Increíblemente no había cuidacoches, sino que la policía puntana era la que oficiaba de “franela”. Pudimos encontrar un hueco en una ruta lateral (ayudó que el auto entra en todos lados) y empezamos la corrida hasta el estadio. Los fuegos artificiales ya se hacían sentir y cuando estábamos llegando a la puerta de entrada se sintieron los acordes de “Pedía siempre temas en la radio”. Ahí vino la desesperación de entrar, de los que teníamos ticket y de los que no, por suerte pasamos rápido y asomamos nuestras cabezas por sobre una tribuna. El Indio ya estaba allí, con su “No, no, ciego en la bruma…”, que ya empieza a ser una tradición para comenzar sus recitales, como antes lo fue “Fue unos meses a Caseros…”

Decidimos salir de la popu para volver a entrar por la parte de atrás del campo y ubicarnos mejor, mientras el Indio terminaba con su primer tema…Y así vivimos el resto del recital, que mostró a un Solari muy agradecido con su público seguidor y que hasta terminó tomándose con gracia las ya insoportables e inentendibles tiradas de zapatillas.

Los puntos más altos en emoción fueron “Un ángel para tu soledad”, dedicada por Indio a su gente y el siempre conmovedor “Juguetes perdidos”, solo explicable para aquel que lo haya vivido alguna vez desde adentro. En cuanto al rock, un mini popurrí entre "Nadie es perfecto" y "Ñam fri fruli fali fru" y más adelante otro himno redondo "Mariposa Pontiac-Rock del país".

Por otra parte, los temas de “Porco Rex” ya suenan aceitados por esta banda que se siente cada vez mejor en su papel de secundar al Indio, más allá de algún sonido que pareció a destiempo y de que el propio Solari pifió varias veces la letra (pero ¿quién se puede atrever a decirle algo? Si se perdía, el Indio se tiraba a un costado y agitaba a la banda con sus brazos para que sigan tocando…) Entre los temas nuevos, se destacaron las dos hermosas baladas, "Y mientras tanto el sol se muere" y "Bebamos de las copas más lindas". Y, como costumbre en la gira presentación de "Porco Rex", antes de "Ji-ji-ji" sonó "Flight 956", tema que el Indio parece haber adoptado para los cierres y que lo mostró muy feliz incentivando al público a saltar (lamentablemente, no recibió la misma respuesta que con los temas redondos, algo injusto esto, por cierto).

Como decía el Indio se mostró feliz y muy activo. Aunque diga que está “vejete” parece un nene contento con su nuevo rol y hasta se anima a mostrar un nuevo pasito de baile y hacer algún chiste con los peinados emos.

También anunció que el año próximo estará más dedicado a su tercer disco solista y no andará mucho por la ruta. Por eso invitó a las bandas a despedir este año maravillosamente redondo el 20 y 21 de diciembre en el Estadio Ciudad de La Plata, justo antes de cerrar la noche con el pogo más grande del mundo, “Ji-ji-ji”.

Pero claro, la bendición del día hermoso no iba a terminar ahí. Durante el recital, mientras Indio rogaba a las bandas que tengan cuidado con prender el fuego para el asado, porque la zona sufría una seca importante, se veían los relámpagos en el cielo que anunciaban el milagro. Justo un rato después del recital, la esperada lluvia se hizo presente y dio un buen respiro a la sequía ya insoportable. ¡¡Qué milagroso día el de hoy!!

Pero claro, para nosotros la lluvia complicó un poco más la vuelta por el camino del diablo. El “Tené cuidado” del colectivero retumbaba en mi cabeza, cuando ya arriba del camino la neblina y la lluvia hacían todo invisible. Pero llegamos, sanos y salvos a Juana Koslay, para comer algo y descansar para el viaje de vuelta. Con la panza llena por la picada y el corazón lleno por la ricota…

Esto es efímero!!

Esto es efímero!!
¿Cómo corre el tiempo?