En las buenas y en las malas hasta el fin...

martes, 28 de octubre de 2008

Levántate y anda

San Lorenzo cayó en Avellaneda ante el promocionado Racing Club por 2 a 1. Una derrota sin atenuantes, ya que el equipo de Llop fue mucho más que el de Russo, especialmente en la primera parte.
En los días previos veía el partido con mucha confianza. Si bien Racing había levantado su nivel, se pensaba de antemano que San Lorenzo era superior. Además, en la previa del partido, el domingo repasé por Fox los últimos clásicos, con los que dimos vuelta el historial. Uno de los protagonistas principales en estas últimas historias había sido Bernardo Romeo, con siete conquistas ante los blanquicelestes. Ahí me vino a la cabeza el partido con Vélez. ¿Mirá si lo define Bernie en el segundo tiempo?
Pero antes de entrar a la cancha, me enteré de que Romeo se había lesionado y no jugaba...¡justo hoy!...no importa, igual teníamos fe...
Una previa con mucho color y mucho grito, con claro dominio azulgrana, como siempre. Un buen recibimiento como realmente merece un puntero (a veces no lo recibimos de la mejor manera) y a jugar.
Desde el pitazo inicial, Racing salió a comerle los pies al Ciclón que, por su parte, arrancó bastante dormido. Y cobró rápido. Un rebote fortuito, un buen pase de Lugüercio y gol de Lucero. La cosa pintaba mal y se iba a poner peor.
Racing siguió igual, San Lorenzo siguió peor. La banda derecha era una invitación. Aguirre no frenó la jugada (¿por temor a la 5ta amarilla?), Moralez se metió al área y Brazenas inventó un penal. En el arco estaba Orión, no tengo más nada para decir. 2 a 0.
Y decí que el rival era Racing, porque sino era una goleada. Orión salvó alguna, los delanteros erraron otras tantas...¿y San Lorenzo? puro pelotazo al errático Bergessio y al inexistente Silvera. Pero claro, el pelotazo era la única alternativa de un equipo sin mediocampo. Ledesma jugó su peor partido lejos, Torres peleó contra los rivales (de la tribuna), Rivero volvió a su versión más conocida y Barrientos fue una sombra. Todos pedíamos el pitazo final del primer tiempo. Nos hicieron precio.
En el entretiempo vimos lo mejor de la tarde. LA HINCHADA DE SAN LORENZO. Empujados (otra vez) por los hinchas no barras, desde la platea alta, se inició el duelo clásico con los de Avellaneda que, tal vez cansados de perder siempre, esta vez casi ni contestaron. Para que el periodismo no mienta más y quede claro como alienta la autodenominada Nº 1.
El aliento sirvió para renovar la esperanza. Los Santiagos saltaron a la cancha, en lugar del Chaco y el Pitu. Hirsig mostró algo de despliegue (sin descorchar mucho) y Solari la buscó siempre, aunque demasiado errático y falto de distancia. San Lorenzo se arrimó algo más, pero más que nada porque Racing volvió a su triste normalidad. El descuento llegó con un tiro libre del paraguayo Torres, que vio pasar el impresentable arquero Gullota (no puedo creer cómo no patearon más al arco, teniendo enfrente semejante paquete). El temor (y el recuerdo fresco) invadió a los blanquicelestes. Pero San Lorenzo no tuvo argumentos (ni a Romeo) para ir por el empate. Encima Russo se acordó muy tarde de Menseguez, quien merecía al menos 30 minutos para mostrarse. Porque no quedaron dudas de que Racing fue más, pero con un poco más al menos se empataba.
Tanto en la salida de la cancha, como en los medios partidarios del lunes, escuché y leí miles de excusas. Que la selección, que la presión del periodismo, que Russo piensa en otra cosa, que Racing jugó incentivado, que no hay que jugar los domingos, etc. Lo único cierto es que se jugó muy mal. Que no éramos el Milán de Capello, ni el Ajax de Van Gaal, antes, ni somos el Huracán de Martínez ahora. Somos un buen equipo que puede tener un mal partido y perder contra cualquiera. Es cierto que los seleccionados bajaron considerablemente su nivel, pero también lo hicieron Rivero, Adrián González, Bianchi y Silvera, que no fueron convocados por el borrachín. También es real que con Boca vamos a jugar el domingo, ¿pensamos ir con esa estúpida idea? ¿o vamos a pedir que se juegue el sábado? De aquí en más todos nos van a querer ganar. Hay que ser inteligentes y no desesperarse. Herramientas hay, los que tienen que desesperarse son los rivales.
Faltan pocas horas para enfrentar a un duro equipo como Gimnasia. Desde que lo agarró nuestro querido Madelón se ordenó y no recibió goles en contra (Sessa se acordó de atajar). Pero no deja de ser un equipo inferior al nuestro y en casa hay que ganar. Después veremos cómo le fue a los demás y con qué diferencia visitamos a nuestro hijo más famoso.
Nada está ganado, pero mucho menos está perdido...

Esto es efímero!!

Esto es efímero!!
¿Cómo corre el tiempo?